6 de noviembre de 2025

Se viene la 6G

La revolución de la IA en el Borde de la Red

Imagen de archivo
Mientras la mayoría del mundo continúa adoptando y desplegando el 5G, la carrera por la próxima generación de conectividad, el 6G, ya está en pleno apogeo. Se prevé que proporcione velocidades de transmisión significativamente superiores, con estimaciones que alcanzan los 100 gigabits por segundo o más.

Pero esta vez no se trata solo de más velocidad. La sexta generación promete ser una fusión total entre el mundo digital, el físico y la inteligencia artificial, cambiando la arquitectura misma de cómo nos conectamos.

Recientemente, esta visión ha cobrado una fuerza inmensa. Gigantes tecnológicos como Nvidia y Nokia han anunciado una colaboración estratégica, invirtiendo masivamente en un futuro donde el 6G no solo usa IA, sino que es nativo de IA (AI-native).

El Cerebro en la Antena: La Visión AI-RAN

El concepto que impulsa esta nueva era se llama AI-RAN (Red de Acceso de Radio con IA). La visión de Nvidia y Nokia, que según analistas podría ver sus primeras redes operativas hacia 2028, es radical: integrar procesadores de IA dedicados directamente en cada radiobase (la antena).

Actualmente, el 5G utiliza la IA de forma centralizada (en la nube o en el núcleo de la red) para optimizar el tráfico. El 6G llevará ese procesamiento al borde extremo, en la propia antena.

¿Por qué es esto tan importante?
  • Optimización en Microsegundos: La IA en la radiobase podrá gestionar el espectro, la eficiencia energética y el "beamforming" (dirigir la señal) en tiempo real, adaptándose instantáneamente a las condiciones.
  • Nuevas Aplicaciones: Permite que aplicaciones complejas (como la realidad aumentada, robots autónomos o drones) procesen datos críticos localmente sin tener que enviar todo a la nube, eliminando la latencia.
  • Eficiencia Energética: Gestionar la inmensa complejidad del 6G requerirá una optimización energética que solo la IA en el borde puede proporcionar.
¿En qué punto estamos? El Estado de Avance (Finales de 2025)

Al día de hoy, el 6G se encuentra en una fase avanzada de investigación y definición. Aún no existen estándares técnicos finales, pero los principales actores globales ya están marcando el camino:

3 de noviembre de 2025

Ghost I - El vuelo

En la oscuridad cerrada de la madrugada, el aeropuerto de la ciudad de Córdoba parecía dormido. Las luces de pista titilaban con parsimonia, y el eco distante de algún camión de mantenimiento rompía el silencio. Sin embargo, en un rincón apartado del sector ejecutivo, un elegante Gulfstream V esperaba con la nariz apuntando hacia el este, como un depredador al acecho.

Gulfstream V. Imagen de archivo
La orden había llegado horas antes: el vuelo debía realizarse sin dejar huellas. Nada en Flightradar24 ni en plataformas similares, nada en los registros públicos. Solo un puñado de personas en tierra y en el aire sabían lo que estaba por suceder, incluyendo a los controladores oficiales del tráfico aéreo en Argentina, que se trataría como uno de esos "casos especiales".

La tripulación, vestida sin distintivos, revisó la aeronave en silencio. El comandante activó un plan de vuelo ficticio en el sistema, uno que jamás se ejecutaría. Después, en un gesto calculado, desconectó el transpondedor ADS-B antes del rodaje. En la pantalla global de rastreo, el Gulfstream simplemente se desvaneció.

A las 03:18, los motores Pratt & Whitney rugieron suavemente. Guiados por un controlador que había recibido "instrucciones especiales", el avión despegó en una pista lateral, con luces de navegación apenas visibles. La trayectoria inicial lo llevó hacia el norte, imitando un patrón de salida habitual, pero pronto, a baja altitud y fuera de las rutas principales, el jet giró discretamente hacia el noreste.

Durante el vuelo, los sistemas de comunicación convencionales permanecieron en silencio. Solo una radio segura, con un canal cifrado, transmitía su posición a un pequeño centro de control privado. En el cielo sin tráfico visible, la aeronave era un fantasma.

A las 03:59, el piloto divisó las luces solitarias de un aeropuerto en el norte del país. La aproximación fue precisa, sin balizas adicionales ni anuncios por radio. A las 04:03, las ruedas tocaron suavemente la pista. Sin prisa, el avión rodó hasta la cabecera norte de la pista, donde ya aguardaba un vehículo oscuro. Del mismo, bajó un hombre algo mayor, no muy alto, de aspecto europeo, que abordó el avión con paso decidido. Al subir, estrechó las manos de otros dos hombres que lo esperaban a bordo, en un saludo formal y serio.