Sergio Sinay: “Hay hoy una ilusión de comunicación, que no es más que conexión”
El ensayista, conocido por sus libros sobre vínculos humanos, acaba de
publicar un policial y sostiene que hay una grave divergencia entre el
progreso tecnológico y la involución moral contemporánea.
Por Gabriel Sánchez Sorondo, publicado por
La Nación
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Sergio Sinay. Visto en La Nación |
Un cana transcurre como preámbulo constante del abismo que palpitan dos
varones en sus límites. En ese ritmo radica su vitalidad que –paradójica,
aunque lógicamente– termina en muerte. La novela trae temas vigentes,
propios a la naturaleza criminal, pero entramados además con la vida
prosaica de gente de a pie. Quizá porque “todos somos asesinos en
potencia” según señala el propio autor, interesado precisamente en el arte
de la charla, y lo que ella genera, versus los mil recursos tecnológicos
de contacto a distancia: “Hay una ilusión de comunicación que en realidad
no es más que conexión. Cada conversación, cada mano a mano, es una pieza
única. Vos y yo ahora estamos generando una pieza artesanal” define Sinay
durante la entrevista con la nacion, que, parafraseando a Borges
“tercamente se bifurca en otra”.
Sin corresponder al noir, ya Fedor Dostoievski, Truman Capote o el
contemporáneo Emmanuel Carrère practicaron, entre otros, el género y el
autor argentino hace lo propio: ahondar en la realidad desde la ficción
hasta desandar lo evidente y superar la sangre; hasta entrever las capas
finas de la experiencia humana, a sabiendas de que el crimen es corteza,
síntoma, volumen; llave de otro misterio previo. Es razonable entonces que
una pluma como la de Sergio Sinay –al que sus lectores suelen reconocer
por sus columnas periodísticas y volúmenes acerca de autoconocimiento y
vínculos personales– encuentre en la liga novelística un precipicio
interesante. Después de todo, ¿dónde se transparentan los tendones del
miedo, la musculatura del amor, los huesos del deseo, sino en nuestros
extremos y desbordes?
Ante la pregunta acerca de si fue cronológicamente anterior el narrador o
el ensayista, Sinay se remonta a la juventud y a una anécdota...